domingo, 17 de abril de 2011

Un tsunami necesario

Hoy se cumplen cien días del mandato de CiU en la Generalitat. Cien días desde que Artur Mas preside o recorta en Cataluña y en los que la oposición se ha visto condenada a ver cómo deshacía parte de su legado. Las medidas que se han tomado en este periodo de tiempo no han sido tan creativas como se esperaba, sino que se han basado en guillotinar lo que los dos ‘tripartits’ habían realizado en las dos legislaturas precedentes. La situación económica de la Generalitat, al borde del colapso, invitaba sin duda a recortes como los que el gobierno de Mas ha llevado a cabo estos meses. Lo que no sabemos es si se habrá utilizado esa excusa para acabar con parte de la obra del ‘tripartit’ que quizá no tuviera un coste excesivo y que dotase de un buen servicio a los ciudadanos.

Volvamos, pero, a las tijeras, las protagonistas de este centenario. Del tijeretazo no se ha librado casi nada. Desde la sanidad hasta la justicia pasando por la cultura o las infraestructuras, todo se ha visto afectado por las cuchillas del Ejecutivo catalán. La obra faraónica del tripartit, la L9, también se ha visto afectada y como este, otros proyectos sociales que habían en marcha. La ley estrella de estos cien días de mandato, la supresión de los 80 kilómetros por hora en los alrededores de Barcelona, no deja de ser eso, la destrucción de algo que ya estaba hecho. CiU arrasa con todo cual tsunami. Pero esta vez la ola gigante estaba prevista y la población al corriente. Es más, era una desgracia necesaria para evitar la debacle económica catalana propiciada por los siete años de derroches y excesos de la izquierda.

La propuesta estelar de CiU en las pasadas autonómicas era el pacto fiscal y eso requiere mucho más que cien días para poder desarrollarlo, entre otras cosas porque no depende sólo de su voluntad. De momento, Mas se ha dedicado a limpiar la casa y a dejarla presentable para cando llegue el momento de la verdad, en las próximas elecciones generales, cuando podrá pedir y exigir a Madrid un concierto económico a cambio de un apoyo que se aventura decisivo para poder gobernar en España. Será entonces cuando se podrá empezar a evaluar la acción de gobierno de Mas, cuando se vea si puede o no desarrollar todo lo que prometió y tenía previsto. De momento y aunque sea impopular, recorta, que no es poco.

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